La clase más baja en el ejército republicano (y la más barata de mantener) era la infantería ligera de velites. Estas unidades estaban formadas por legionarios jóvenes (entre 17 y 22 años) con muy pocos recursos económicos, lo suficiente para unas jabalinas, un escudo ligero, una espada (a veces) y casco de cuero (a veces de bronce, si podían agenciarse uno). Sobre este casco solían ponerse pieles de animales (zorros, tejones, lobos...). De esta forma se distinguían ante sus oficiales y tenían algo más de protección. No existía una cohorte de vélites, sino que había vélites de los hastati, principes o triarii y luchaban junto a sus compañeros o en una única línea que acosaba al frente enemigo y luego retrocedía hasta las formaciones de la infantería pesada.
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